Este procedimiento estético pigmenta las cejas pelo a pelo. Uno de los mayores secretos para que el acabado sea natural pasa por adaptar el color del pigmento que se utilice. Así, hay que prestar mucha atención al tipo de piel y al color de ojos y de cabello de cada persona antes de comenzar.

El microblading no daña ni las cejas ni la piel. Pero para evitar las pequeñas molestias que puedas sufrir, podrás utilizar una crema anestésica.

El tiempo estimado para su realización es de aproximadamente un par de horas. Lo primero que se debe hacer es trazar con un lapicero la forma de la ceja. Así, podrás hacerte una idea clara del resultado que obtendrás.

Una vez que estés de acuerdo en la forma, se utilizarán unas agujas especiales para introducir el pigmento en tu epidermis. Esta técnica de maquillaje semipermanente tiene su origen en el tatuaje japonés y se realiza con una herramienta similar a un bisturí biselado. Este contiene agujas muy finas que favorecen el inserto del pigmento y trazar con él la forma del pelo. Esto garantiza un aspecto natural.

Uno de los requisitos más importantes es confiar esta técnica a un auténtico profesional, puesto que se realiza a mano alzada.

​

​